Lo habíamos traído a nuestro apartamento y yo aún no podía creerlo.
Estaba como en trance procesando todo lo que había sucedido en los últimos
minutos mientras mis ojos seguían puestos en él sin poder apartarse. Me tenía como
hipnotizada. Algo de él me atraía de una manera desconocida y extraña. No tenía
la menor idea de qué era, pero sabía que no era bueno, sino todo lo contrario.
Aspiré hondo para tranquilizarme y retrocedí varios pasos alejándome del
sofá, donde nuestro vecino, el cerdo arrogante, se encontraba prácticamente
muriéndose.
-Sisar, deja de verlo como una tonta enamorada preocupada -musitó
entonces Bell saliendo del cuarto del baño con vendas y demás cosas del
botiquín.
-No lo estoy mirando así -protesté con una mueca de disgusto.
-Sí, claro... -Bell se acercó a él y se arrodilló a su lado dejando las
cosas en el suelo-. Ven, ayúdame a quitarle esta ropa para limpiarle la herida
y sacar la bala.
-¿Por qué lo debemos curar nosotras? -inquirí.
No quería sentirme cercana a él más de lo que ya me sentía, porque me
ponía nerviosa, muy nerviosa... Porque esa rara atracción que sentía me gustaba
a pesar de que no era algo bueno para mí. Sentía que mi cuerpo reaccionaba y mi
corazón bombeaba acelerado. Sin embargo, mi cabeza me gritaba que debía
alejarme. Que debía sacarlo de allí de inmediato.
-Porque es nuestro vecino y, a pesar de todo, quiso ayudarnos -contestó.
-Mucha ayuda no fue -murmuré.
-Da igual. -Tomó las tijeras y rasgó la tela del hombro-. Hay que
curarlo.
-Déjalo en su apartamento, seguramente despertará y se curará. -Me senté
en la mesita ratona y observé cómo Bell limpiaba la sangre., esa sangre negra que resbalaba por su piel como un elixir que me llamaba.
Tragué saliva y aparté los ojos. Esa sangre no debía atraerme así... Era prácticamente
idéntica a la de los vampiros de mi raza. Lo cual no era. ¿Entonces?
-No, quiero saber la verdad sobre él. -Se puso de pie y recogió todo lo
que había usado para luego encaminarse hacia la cocina-. Voy por algo para
quitarle la bala, prepara las vendas.
Yo no quería acercarme a él y Bell parecía dispuesta a hacer todo lo
contrario. Bufé molesta y me arrodillé a su lado. La herida, a pesar de estar
limpia, seguía sangrando. Me relamí los labios y mis instintos pudieron más que
yo. Pasé un dedo por su sangre y lo llevé a mi boca para saborear. ¡Dios!
Era... deliciosa, un poco salada, pero deliciosa. ¿Por qué estaría salada? ¡Oh!
¡Sí! El tipo aquel le había dicho "traga sal" o algo así cuando le disparó. Alcé
una ceja y me lo quedé mirando más fijamente que antes. ¿La sal era su punto
débil?
-¿Qué eres? -interrogué como si él fuera a escucharme mientras mi dedo
índice volvía a pasar por la sangre que salía de la herida-. Quiero saberlo y
al mismo tiempo no.
-Savy, él se está muriendo, ¿y tú apresuras su muerte?
La voz de Bell me hizo pegar un saltito y giré a mirarla.
-¿Qué? No, yo solo... -Me puse de pie rápidamente y me alejé.
-No lo niegues, te he pillado.
-Solo le echaba una probadita... -expliqué-. No me regañes.
-Ni que fuera un dulce de esos que te comes a escondidas. -Bell ya estaba
intentando sacar la bala con sus propias manos.
-¿No había un bisturí o algo? -pregunté con asco.
-No. -Y estoy segura que casi soltó una risa.
Me quedé allí como tonta mirando como mi Sisar extraía la bala y la
dejaba sobre la mesa. Tomé la pequeña bala entre mis manos y la observé. Aún
estaba cubierta de su sangre.
-¿Se pueden hacer balas de sal?
-¿Qué? ¿De qué hablas? -Bell terminaba de vendarlo y se giró a verme para
tener su respuesta. Yo simplemente negué con la cabeza. Primero averiguaría que
era nuestro extraño vecino antes de comentarle de la sal-. No ha reaccionado,
no creo que viva.
-Yo creo que sí -respondí automáticamente-. ¿Diez libras?
-Hecho -contestó y se puso de pie para luego encaminarse hacia el cuarto
de baño-. Voy a tomar una ducha, estoy cansada y sucia.
-Él también apesta -comenté.
-Se debe estar pudriendo.
-¡¿Qué?! -exclamé sobresaltada y la risa de Bell llegó a mi-.
¡Sisar! -protesté-. ¡No es gracioso!
-Bueno, bueno... -Ella me hablaba desde la otra habitación conteniendo su
risa-. Vigílalo por si se despierta. No vaya a ser que piense que aún está
luchando y comience a romper todo.
Y justo en ese momento, él gimió y se removió levemente algo agitado.
Abrí mis ojos sobresaltada, retrocedí y giré sobre mis pies para ir tras mi
hermana.
-¡Bell! -llamé en un grito-. ¡Trae las sogas por las dudas!
Esa noche no dormí casi nada pensando en él… ¿Me estaría volviendo loca?
Quizás. Después de todo lo que habíamos tenido que pasar con mí sisar, había
llegado el momento en que la locura cubriera mi mente.
No sabía cuánto tiempo llevaba allí, pero otra vez estaba sentada mirándolo
fijamente. Aunque en esa ocasión intentaba no reír. Bell lo había atado de una
manera que parecía, justamente, un cerdito listo para ser cocinado. Solté una
risa baja imaginándolo con una de esas rojas manzanas de la mesa en la boca y…
¡Genial! Exclamé en mis pensamientos mientras tomaba una de las manzanas y me
disponía ir por la cámara de fotos.
-¿Aún nada?,-preguntó Bell apareciendo en ese momento y encaminándose
hacia el refri.
¡Suertudo! ¡Se había salvado de las fotos!
-No... -contesté y mordí la manzana-. Ya casi un día que duerme.
-Si no despierta para esta noche, lo dejaré tirado en su departamento. -Ella
apareció con un pote de su helado de cereza en la mano.
Mi respuesta fue un simple "mh" mientras mis ojos seguían en
él.
-Lee un libro, Sisar -murmuró Bell encaminándose de nuevo a la
habitación-. Y deja de pensar tanto.
Asentí en silencio sin saber si me había visto o no y me puse de pie.
Ella tenía razón, debía distraerme y no pensar mucho. Solo debía esperar a que
Kramer despertara y estuviera dispuesto a responder algunas de nuestras dudas. Porque...
despertaría, ¿verdad?
Suspiré, me incliné una vez más y golpeé su frente con el dedo índice.
-Más vale que estés vivo, porque aposté diez libras por ti, cerdo
arrogante.
Y sin más, fui en busca de alguna novela que me hiciera perder el paso
del tiempo.
7 personas no pudieron evitar espiarnos y decir::
Yo no se si estoy muy rápida para leer o hacen capis muy cortos ¬¬
Mas vale que el próximo sea mas largo (ando mandona muajaja)
Savy esta que le pone una pajilla en la herida y se lo toma como bebida jajajajaj
y... uuuuuuuiiii a Savy le gusta el nefi ajjajajajaj (lo siento, creo que necesito dormir jajajaj)
Continúen :D
Leny, vete a la cama.
Y por que???
¬¬ no pienso! te aguantas mi estado hiperquinetico a falta de horas de sueño jajajaj
No son cortooos son muuyyy largos jajajaja
Largos para quien???
Quiero maaas! muajaja
woooo!!!! estubo algo corto...pero no importa, es algo y no me quejare! 10 libras, haber si Kramer despierta....
quiero maaaass!!!
saludos!
ajajj que genial¡¡¡ Kramer si no te despiertas moriras desangrado por savy jajajajajajajjajjaj Estas vecinas tuyas son peligrosas ajajjaa
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